Phillip Morris
2016-01-29 18:03:15 UTC
por Juan Manuel Karg / Publicado: 29 ene 2016 / RT
Es mucho decir: se conoce la capacidad de oratoria del mandatario
ecuatoriano en este tipo de eventos, refrendada una y otra vez en
diversos foros de carácter regional y global.
Sin embargo, al oficiar de anfritriones hay presidentes que moderan
su habitual discurso, en busca de complacer al conjunto de países
invitados. Se sabe que en América Latina hay una actual disputa
entre dos bloques de países: unos que, bajo un paradigma posneo-
liberal, han apuntado a una mayor redistribución interna, focali-
zándose en la ampliación de un conjunto de políticas sociales y
otros que, afincados en un pensamiento económico ortodoxo, han
implementado tratados de libre comercio con EEUU y no han
reducido -sino potenciado- las desigualdades sociales al interior
de sus fronteras (tal como demuestra el índice de Gini).
Pues bien, Rafael Correa comenzó su media hora inaugural derri-
bando el mito del "libre comercio" y las supuestas teorías del
derrame, hablando de "una mano invisible, que por invisible nadie
la ha visto". Para ello citó al papa Francisco, conocido crítico de
la concentración de la riqueza, quien escribió largo y tendido sobre
el tema en Evangelii Gaudium. No fue el primer argentino que
mencionaba: apenas iniciado el discurso había destacado a Néstor
Kirchner, cuyo nombre toma el edificio de la Unasur ubicado en
Mitad del Mundo, destacando su labor por la integración regional.
"Junto a Chávez fue impulsor esencial de la integración de nuestros
pueblos", remarcó Correa sobre el expresidente argentino, fallecido
mientras ocupaba su cargo de secretario general de la Unasur.
¿Cómo operan los 'señores de la droga', las nuevas mafias latinoa-
mericanas que rigen el mundo?
"Debemos ser sociedades con mercado, no sociedades de mercado,
donde vidas, personas y la propia sociedad se convierten en una
mercancía más", prosiguió Correa, para luego pedir un marco nor-
mativo laboral a nivel regional, a fin de no "sacrificar trabajadores
en los altares del capital internacional". El tiro por elevación tenía
un destinatario claro: el reciente Foro Económico Mundial de Davos.
Por ello el presidente ecuatoriano citó el reciente estudio de Oxfam
titulado 'Una economía para el 1%', donde se deja constancia de que
62 personas tuvieron la misma riqueza que 3.600 millones de per-
sonas -el 50% menos rico del mundo- durante el 2015 que pasó.
"¿Cómo vamos a explicarle a las futuras generaciones una locura
de esta naturaleza?", preguntó luego de mencionar aquel informe.
Correa también hizo un repaso sobre la situación regional. Lanzó un
apoyo contundente al proceso de paz en Colombia, cuya firma podría
darse en este mismo año. ¿Por qué es importante para la CELAC esto?
Porque en la cumbre de La Habana, durante la presidencia 'pro tempore'
de Raúl Castro, la CELAC se declaró como "zona de paz". "Entrega--
mos una CELAC con toda la capacidad de apoyar la verificación del
acuerdo del cese al fuego", remarcó el presidente ecuatoriano sobre el
tema, para luego decir que "la paz debe ser presencia de justicia y
dignidad de oportunidades para todos". Más tarde criticó el "criminal"
bloqueo a Cuba y afirmó que la región necesita un nuevo sistema inte-
ramericano de DDHH. "Creemos que CELAC, en el mediano plazo,
debe reemplazar a una OEA que jamás funcionó adecuadamente,
pero que hoy es más anacrónica que nunca", dijo, destacando la im-
portancia de este bloque regional en un contexto internacional de
agrupamientos entre países. "Las Américas, al norte y al sur del río
Bravo, son diferentes. Por eso debemos conversar como bloques",
reiteró.
Finalizado ese punto, Correa llamó a seguir trabajando por una nueva
arquitectura financiera internacional, donde la región juegue un papel
con un Banco de Desarrollo propio, un fondo común de reservas, y un
sistema de compensaciones para el sistema internacional. "Se observan
absurdos como considerar la inversión como un gasto más. La inversión
crea activos", señaló, diferenciándose de la ortodoxia económica que
no registra activos pero si pasivos. "Esto nos lleva a suponer que todo
ha sido pérdida. Es una trampa ideológica para satanizar todo gasto
público", sintetizó con brillantez el presidente ecuatoriano. En ese
plano pidió la creación de centros de arbitraje para la región, que eviten
"ese atentado a nuestras soberanías que constituyen los actuales tra-
tados bilaterales de inversión, donde todo está en función del capital
y no de nuestros pueblos".
"El desarrollo es esencialmente un problema político. Depende quien
manda en una sociedad: las élites o las grandes mayorías. El capital o
los seres humanos. El mercado o la sociedad", finalizó con contundencia,
no sin antes mencionar a Cristina Fernández de Kirchner, ante la atónita
mirada de Gabriela Michetti, la vicepresidenta argentina, quien ofició de
representante del país. Se sabe: el pensamiento político-económico de
Correa, como el del conjunto de gobiernos posneoliberales de la región,
está en las antípodas de la ortodoxia económica pregonada (y ejecutada)
por el tándem Macri-Prat Gay en conjunto con los países de la llamada
Alianza del Pacífico. A fin de cuentas, el discurso de Correa en la CELAC
sirvió para ilustrar una disputa entre modelos que es cada vez más clara
al interior de la región. Se trata, ni más ni menos, que de definir quien
manda en una sociedad. La verdadera grieta sigue abierta y no tiene
diez sino más de doscientos años de existencia.
- - -
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son
de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan
necesariamente el punto de vista de RT.
Es mucho decir: se conoce la capacidad de oratoria del mandatario
ecuatoriano en este tipo de eventos, refrendada una y otra vez en
diversos foros de carácter regional y global.
Sin embargo, al oficiar de anfritriones hay presidentes que moderan
su habitual discurso, en busca de complacer al conjunto de países
invitados. Se sabe que en América Latina hay una actual disputa
entre dos bloques de países: unos que, bajo un paradigma posneo-
liberal, han apuntado a una mayor redistribución interna, focali-
zándose en la ampliación de un conjunto de políticas sociales y
otros que, afincados en un pensamiento económico ortodoxo, han
implementado tratados de libre comercio con EEUU y no han
reducido -sino potenciado- las desigualdades sociales al interior
de sus fronteras (tal como demuestra el índice de Gini).
Pues bien, Rafael Correa comenzó su media hora inaugural derri-
bando el mito del "libre comercio" y las supuestas teorías del
derrame, hablando de "una mano invisible, que por invisible nadie
la ha visto". Para ello citó al papa Francisco, conocido crítico de
la concentración de la riqueza, quien escribió largo y tendido sobre
el tema en Evangelii Gaudium. No fue el primer argentino que
mencionaba: apenas iniciado el discurso había destacado a Néstor
Kirchner, cuyo nombre toma el edificio de la Unasur ubicado en
Mitad del Mundo, destacando su labor por la integración regional.
"Junto a Chávez fue impulsor esencial de la integración de nuestros
pueblos", remarcó Correa sobre el expresidente argentino, fallecido
mientras ocupaba su cargo de secretario general de la Unasur.
¿Cómo operan los 'señores de la droga', las nuevas mafias latinoa-
mericanas que rigen el mundo?
"Debemos ser sociedades con mercado, no sociedades de mercado,
donde vidas, personas y la propia sociedad se convierten en una
mercancía más", prosiguió Correa, para luego pedir un marco nor-
mativo laboral a nivel regional, a fin de no "sacrificar trabajadores
en los altares del capital internacional". El tiro por elevación tenía
un destinatario claro: el reciente Foro Económico Mundial de Davos.
Por ello el presidente ecuatoriano citó el reciente estudio de Oxfam
titulado 'Una economía para el 1%', donde se deja constancia de que
62 personas tuvieron la misma riqueza que 3.600 millones de per-
sonas -el 50% menos rico del mundo- durante el 2015 que pasó.
"¿Cómo vamos a explicarle a las futuras generaciones una locura
de esta naturaleza?", preguntó luego de mencionar aquel informe.
Correa también hizo un repaso sobre la situación regional. Lanzó un
apoyo contundente al proceso de paz en Colombia, cuya firma podría
darse en este mismo año. ¿Por qué es importante para la CELAC esto?
Porque en la cumbre de La Habana, durante la presidencia 'pro tempore'
de Raúl Castro, la CELAC se declaró como "zona de paz". "Entrega--
mos una CELAC con toda la capacidad de apoyar la verificación del
acuerdo del cese al fuego", remarcó el presidente ecuatoriano sobre el
tema, para luego decir que "la paz debe ser presencia de justicia y
dignidad de oportunidades para todos". Más tarde criticó el "criminal"
bloqueo a Cuba y afirmó que la región necesita un nuevo sistema inte-
ramericano de DDHH. "Creemos que CELAC, en el mediano plazo,
debe reemplazar a una OEA que jamás funcionó adecuadamente,
pero que hoy es más anacrónica que nunca", dijo, destacando la im-
portancia de este bloque regional en un contexto internacional de
agrupamientos entre países. "Las Américas, al norte y al sur del río
Bravo, son diferentes. Por eso debemos conversar como bloques",
reiteró.
Finalizado ese punto, Correa llamó a seguir trabajando por una nueva
arquitectura financiera internacional, donde la región juegue un papel
con un Banco de Desarrollo propio, un fondo común de reservas, y un
sistema de compensaciones para el sistema internacional. "Se observan
absurdos como considerar la inversión como un gasto más. La inversión
crea activos", señaló, diferenciándose de la ortodoxia económica que
no registra activos pero si pasivos. "Esto nos lleva a suponer que todo
ha sido pérdida. Es una trampa ideológica para satanizar todo gasto
público", sintetizó con brillantez el presidente ecuatoriano. En ese
plano pidió la creación de centros de arbitraje para la región, que eviten
"ese atentado a nuestras soberanías que constituyen los actuales tra-
tados bilaterales de inversión, donde todo está en función del capital
y no de nuestros pueblos".
"El desarrollo es esencialmente un problema político. Depende quien
manda en una sociedad: las élites o las grandes mayorías. El capital o
los seres humanos. El mercado o la sociedad", finalizó con contundencia,
no sin antes mencionar a Cristina Fernández de Kirchner, ante la atónita
mirada de Gabriela Michetti, la vicepresidenta argentina, quien ofició de
representante del país. Se sabe: el pensamiento político-económico de
Correa, como el del conjunto de gobiernos posneoliberales de la región,
está en las antípodas de la ortodoxia económica pregonada (y ejecutada)
por el tándem Macri-Prat Gay en conjunto con los países de la llamada
Alianza del Pacífico. A fin de cuentas, el discurso de Correa en la CELAC
sirvió para ilustrar una disputa entre modelos que es cada vez más clara
al interior de la región. Se trata, ni más ni menos, que de definir quien
manda en una sociedad. La verdadera grieta sigue abierta y no tiene
diez sino más de doscientos años de existencia.
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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son
de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan
necesariamente el punto de vista de RT.